martes, 3 de febrero de 2015

Ambulancia para zorros

Billete de tren en mano, abandono la concurrida Londres para dirigirme a Royal Tunbridge Wells, una modesta ciudad situada al oeste de Kent. Aquí pude saborear ( o almenos percibir) el autentico estilo de vida de campo acomodado inglés, lo que se traduce en grandes casas sacadas de alguna película disney, en medio de grandes extensiones de verdes prados y gente tomando el té apaciblemente en el jardín aprovechando el solecito de agosto, bueno, mas bien aprovechando los escasos rayos de sol que asoman entre nube y nube,ya que esto es un constante vaivén entre frío y calor a lo largo del día.

Me instale en estas pintorescas tierras durante 2 semanas para hacer un voluntariado en un centro de recuperación de fauna, concretamente en la unidad de rescate de zorros. Básicamente el trabajo consistía en que la gente llamaba al hospital para informar de algún ejemplar de zorro en mal estado, herido o enfermo, o que deambulaba por algún vecindario donde no era bien recibido. Capturábamos al animal, en el centro se le examinaba, trataba y rehabilitaba para mas tarde poder ser devuelto a su hábitat. 
Limpieza diaria de la jaula, bajo la atenta mirada de su inquilino

La experiencia fue maravillosa y enriquecedora, tuve el placer de trabajar con un gran equipo, bellisimas personas realmente comprometidas con lo que hacen , realizando una gran labor día a día, con un amor infinito por la naturaleza y los animales. El rescate de fauna siempre es un trabajo sacrificado y no siempre la historia tiene un final feliz. Desafortunadamente, algunas imágenes muy duras se han quedado grabadas en mi mente, esfuerzos que al final no sirven de mucho, impotencia por llegar demasiado tarde o no poder hacer más, y aun así, no perder la fe y la esperanza por seguir luchando. Concienciar a la gente es el trabajo más difícil y el más importante, pero poco a poco los grandes cambios acaban llegando con el tiempo, solo hay que tener paciencia y perseverar. 

Pero no todo es oscuridad, todas estas adversidades no se pueden igualar a la satisfacción que se siente en el momento de liberar ese animal al que has tenido la oportunidad de ayudar. No se puede describir el entusiasmo y la felicidad de ver ese pequeño ser corriendo de nuevo hacia la libertad, gracias a ti, y entonces sabes que todo ese esfuerzo vale la pena. 

Esta es la cara de felicidad de un zorro al ver que le traen comida a domicilio
Durante esas dos semanas, a parte de los pacientes del hospital, ayude en la reintroduccion de 3 tiernos hermanos que fueron encontrados huérfanos cuando eran cachorros. Después de que el equipo del centro los criara a biberón y siendo ya autosuficientes, todavía quedaba la parte mas difícil... reeducarlos para que sean salvajes. el echo de que fueran corriendo como perritos falderos a pedir comida a los humanos era de especial preocupación, ya que a menudo, esos simpáticos excursionistas podian ser cazadores. Normalmente se tiene en mente que si un animal ha sido criado en cautividad es imposible que viva en estado salvaje, pero nosotros teníamos fe. El proceso ocupó varias semanas y no con pocas dificultades. Los hermanos aprendieron a sobrevivir en el bosque, incluso establecieron jerarquías, pero seguían acercándose simpaticamente a los humanos para pedirles comida. Con mucho pesar, decidimos separarlos y reubicarlos en diferentes grupos de zorros salvajes, pero afortunadamente ahora están en el lugar donde pertenecen, viviendo una vida salvaje y libre, y yo, aprendí que no nos debemos dejar guiar por ideas predeterminadas, todo es posible si se cree en ello y damos nuestro mayor esfuerzo.

Me quedo con la imagen de esos brillantes ojos mirándome agradecidos antes de correr hacia la libertad. Me queda el aprendizaje junto a personas que solo saben dar cariño y comprensión, las mismas que tuvieron muuuucha paciencia con mi poca comprensión de su acento ingles los primeros días, y aún así me acogieron como a alguien mas de la familia y me enseñaron a crecer.

A continuación os dejo un pequeño vídeo de los zorrillos, entenderéis porque me enamoré de ellos:




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